Después de la catástrofe ocurrida en Notre Dame por el incendio producido el pasado 15 de abril, el Estado Francés inició una investigación para esclarecer las causas del suceso. El principal foco de atención de esta investigación, recae sobre Le Bras Frères,el grupo de empresas francés que llevaba a cabo en aquel momento las labores de restauración en la catedral. Por lo tanto la aseguradora de Notre Dame y encargada de su evolución, es la de este grupo e empresas.

¿Qué sabemos hasta ahora?

Todo apunta a que el incendio fue provocado por una chispa durante las tareas de restauración, pero, cuando es propiedad del estado el bien que sufre daños por un accidente, ¿quién debe correr con los gastos que supondrá una reparación de este calibre?

Asegurar el Patrimonio Nacional

Los bienes que forman parte del Patrimonio Nacional no están obligados a tener un seguro contratado por la dificultad que entraña estimar un valor para obras de arte o edificios centenarios. Esto se debe a que estos bienes son calificados por el mismo Estado como «incalculables», pero quienes sí que estaban obligados a tener un seguro contratado era la empresa Les Bras Frères, la encargada de las obras realizadas en la catedral y, por tanto, las consecuencias que estas labores de restauración pudieran producirse en el inmueble.

La aseguradora de esta empresa está colaborando con la Fiscalía Francesa para esclarecer los hechos de la tarde del 15 de abril y llegar a un acuerdo para subsanar los daños provocados en Notre Dame. La aseguradora de Notre Dame es una de las más grandes de Francia y Europa y aunque no está claro si deberá realizar este desembolso, han preferido con calcular este importe.

Por su parte, la empresa Les Bras Fréres ha alegado que se habían tomado todas las medidas de seguridad pertinentes antes de comenzar con las obras y que en el momento del incidente no se hallaba ningún empleado en la zona de trabajo.

¿Cómo prevenir estas situaciones?

Ya han ocurrido en nuestro país otras catástrofes similares en edificios pertenecientes al patrimonio nacional como el Liceo de Barcelona en 1994 y el incendio de la Catedral de Burgos en 1966 incendios provocados por una chispa de una soldadura y un rayo respectivamente. En ambos casos las sentencias en cuanto a la indemnización de los sucesos se resolvieron varios años después y fue El Estado quien corrió a cargo de los gastos de ambas restauraciones.

Por esta misma razón, El Estado recientemente ha contratado una póliza de seguros de responsabilidad civil que cubre los activos del Patrimonio Nacional en caso de que ocurriera algún tipo de accidente por parte de terceros.